Moody’s sube la calificación soberana de Uruguay a Baa3 de Ba1.
Moody’s sube la calificación soberana de Uruguay a Baa3 de Ba1, logrando así el grado inversor, al mismo tiempo la perspectiva se mantiene positiva de cara al futuro.
Moody’s Investors Service, una de las calificadoras de riesgo más prestigiosas del mundo, ha subido las calificaciones de bonos en moneda local y extranjera del gobierno de Uruguay a Baa3 de Ba1, en línea con lo que hace algunos meses había realizado Standard & Poor`s remarcando la solidez del sistema financiero uruguayo y situándolo dentro del grado inversor. Además indican que la perspectiva se mantiene positivas para el futuro.
Según la agencia los factores clave detrás del cambio de la calificación soberana incluyen:
- Un perfil crediticio soberano que en términos generales se ha alineado con el de países grado de inversión con calificación Baa;
- Mejora sostenida de los indicadores fiscales que ha estado acompañada de un significativo fortalecimiento del balance general del gobierno;
- Menor vulnerabilidad crediticia a choques regionales ante mayor diversificación económica y amplias reservas de liquidez.
Al mismo tiempo Moody’s fundamentó el aumento de la clasificación en:
El nivel de ingreso de Uruguay se ubica por arriba de la mediana del grupo de referencia Baa. La economía ha reportado un fuerte ritmo de crecimiento durante un período prolongado al registrar el PIB crecimiento anual promedio superior al 6% durante 2004-2011.
Los fundamentos económicos de Uruguay se han fortalecido. El crecimiento potencial se ha elevado respaldado por un aumento en la productividad total. A raíz de lo anterior, la economía es capaz de reportar tasas de crecimiento más elevadas de manera sostenida, una condición que beneficia al Uruguay en relación a sus pares.
Los indicadores fiscales han mostrado una mejora sostenida convergiendo de manera gradual con la mediana de países con calificación Baa. Las resultados de las cuentas gubernamentales muestra un sólido compromiso con la responsabilidad fiscal y un estricto cumplimiento de las metas fijadas en el marco presupuestal multianual. De 2004 a la fecha, los déficits del gobierno han estado entre 1% y 2% del PIB, con balances primarios que superan el 1% del PIB.
El indicador de deuda del gobierno central se ubica por debajo del 40% del PIB después de haber estado en cerca de 80% en 2004.
Moody’s anticipa que estas tendencias positivas se mantengan dando lugar a reducciones adicionales en los ratios de deuda durante los próximos años.
La fortaleza financiera del gobierno está respaldada por un perfil de vencimientos extremadamente favorable. La vida promedio de la deuda gubernamental se ubica en aproximadamente 11 años excediendo la observada en la mayoría de los países con calificación Baa.
El gobierno Uruguayo enfrenta riesgos de financiamiento moderados ya que sus requerimientos financieros brutos se ubican en cerca de 3% del PIB, de los más bajos entre países calificados por Moody’s.
Un rasgo institucional de Uruguay es una actitud de extrema aversión al riesgo por parte de las autoridades. Lo anterior se pone de manifiesto en el elevado nivel de reservas financieras acumulado por el gobierno, aunado a líneas contingentes que han sido contratadas con multilaterales.
Lo anterior da lugar una elevada capacidad de afrontar choques adversos, incluyendo aquellos asociados con escenarios de estrés severo.
Activos líquidos en el balance gubernamental equivalentes a 6% del PIB proporcionan amplia cobertura ante eventos que pudieran limitar el acceso del gobierno a los mercados, ubicando en este respecto a Uruguay en una posición privilegiada en comparación con países que poseen calificaciones similares.
Si bien riesgos crediticios derivados de la condición del Uruguay como una economía pequeña y abierta relativamente dependiente en commodities son menores que en el pasado, vulnerabilidades asociadas a esta condición siguen estando presentes.
Moody’s reconoce que una menor exposición a economías vecinas y mayor diversificación de la base exportadora mitigan en parte dichos riesgos. No obstante, contagio regional y fluctuaciones en los mercados de commodities continúan planteando desafíos importantes a las autoridades en el manejo de la economía.
Vulnerabilidades derivadas del porcentaje relativamente elevado de deuda gubernamental en moneda extranjera son mitigadas en parte por la tenencia de activos líquidos del gobierno, factor que reduce el impacto potencial de choques provenientes del tipo de cambio sobre el perfil de crédito del gobierno. Operaciones de administración de pasivos recientes han disminuido la participación de la deuda en moneda extranjera llevando el porcentaje correspondiente a 50 %.
Si bien el nivel de dolarización de la deuda y riesgos crediticios asociados con esta condición son elementos ya incorporados en la calificación y en la perspectiva de la misma, el grado de dolarización pone un tope al nivel que puede llegar a registrar la calificación del gobierno en el mediano plazo, señaló Moody’s.
Fuente: Moody’s Investors Service